«Tolón, talán, talán, talán, tolón, talán»& x02026; De repente todo estalló en un estruendo gozoso& x02026; la pólvora prendida de los cohetes: «ssschpum, ssschpum, ssschpum, ssschpum»& x02026; Abría el cortejo el tamboril con su acompasado y ronco, «pom, pom, pom, pom, pom, pom»& x02026; y el dulce silbo de la gaita «tiririri-ri-ririri, tiririri-ri-ririri& x02026; Todo el ritual propio de este señalado día en el calendario de Moguer, con la alegría y la algarabía que caracterizan a la comitiva de su hermandad del Rocío el día de su salida, en medio del calor de su pueblo que la despide con sabor agridulce& x02026;» ¿Y qué haría su mejor poeta? ¿Qué relación guardaría Juan Ramón Jiménez con la romería? ¿Quién mejor que el almonteño, Juan Bautista Darbón Díaz, veterinario en la ciudad de Moguer y bien relacionado con su entorno, para seguir esa pista? Quizás sin saberlo, se estaba ya definiendo alguna de las claves fundamentales para entender una de sus obras maestras, Platero y yo. Este relato de Santiago Padilla nos lleva al Rocío conducidos por Platero, Juan Ramón y el veterinario Darbón, una historia más que posible que acercará para siempre hasta El Rocío al tierno burro inolvidable y al poeta universal de Moguer.

Al Rocío con Platero
ISBN: 9788494598661
$36.000
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