UN SILENCIO DE CORCHEA

Reúno en este volumen unos textos escritos entre los años 1980 y 1990, agrupados en dos secciones: Del tiempo y De la música. En la primera, propongo al lector una serie de variaciones sobre lo que podríamos llamar «sentimiento del tiempo»; en la segunda, le cuento unas historias que tienen como base mi actividad como músico rural en pueblos de la cordillera de los Andes, pero que en el fondo tratan de lo mismo. Daniel Moyano en la Nota del autor que precede al libro. Al igual que en los sueños, en las coordenadas espacio y tiempo de los relatos de Un silencio de corchea se citan para reunirse personas y seres que nunca se habían visto: un Hamelín andino y su Sigrid enamoradiza, un perro melómano añorando a Schubert, Manuel de Falla y Ernesto Ché Guevara, Paganini y dos gallegos nostálgicos. El nudo que ata para siempre estos destinos dispares es la escritura de Daniel Moyano. Dijo el maestro Quiroga que un cuento es una novela depurada de ripios. Miles de años antes, el Anthropus Pampeanus descubrió que para «distraerse» era vital la existencia. De ambas certezas extrajo Moyano el encanto de su literatura. En la historia que da título a este libro, el narrador confiesa «yo siempre le he temido a esa desnudez de la vida. Prefiero las formas inventadas que nos aíslan del volcán; la escritura, a la viva voz; las figuras musicales, a los sonidos; la imaginación, a la realidad». Confesión que es la entraña, la poética y la explicación de toda una vocación literaria. La de Daniel Moyano. Fernando Menéndez en la presentación del libro.