En el navegar por mis adentros sentí un viento, un silencio, que eran mis voces, mi pareidólico pensamiento, por el fluir del tiempo al compás de mi propio pensamiento.
Entre los brotes y la serenidad, pude tener el temple de descubrir un mundo nuevo, lo que reflejo en el poemario Orgullo loco, mis primeros versos desde la cordura.