Destino final: Auschwitz- Birkenau
Maletas relatan
Decodificación de Gil Faran y Mario Sinay
Las maletas en Auschwitz en las que constan nombres, fechas de nacimiento, números de transporte y direcciones tienen un valor documental importante, y a menudo son la única prueba de que una persona determinada fue deportada a dicho campo de concentración.
Las maletas de los deportados formaron una parte estructural del engaño al que fue sometida la población judía, siendo esta deportada bajo el pretexto de reasentarse en campos de trabajo «al este»; son el símbolo de una ilusión frustrada.
Las maletas de Auschwitz se presentan como símbolos de lo entrañable que reclaman la necesidad de mantener vivo lo ocurrido, de no dejar de recordar una historia que haga evidente la fractura misma de la vida, que en su narración exponga aquello que ha sido encubierto.
Una maleta es mucho más que un objeto abstracto, simbólico y mudo. Una vez decodificada, nos relata una historia humana, una vida truncada, con un significado especial. Es el testigo silencioso de una persona ausente que ahora podemos conocer, con un sinfín de recuerdos.
La maleta es un objeto y un concepto metafórico. La maleta es la memoria y el recuerdo de su dueño.
Las maletas son testigos silenciosos del Holocausto.