Las flores que pisamos y el tiempo que arrancamos en ellas

Las flores que pisamos y el tiempo que arrancamos en ellas es un poemario dedicado a los sentimientos que más nos atormentan por las noches, pero también por el día. No habla de amor, sino de cómo nos sentimos cuando este se manifiesta. Tampoco hace referencia a los tópicos de estar enamorado, sino que desgrana las emociones que se nos echan encima al sentir todo aquello que trae consigo el amor, el propio y el ajeno: soledad, nostalgia, melancolía, tristeza, rabia, dolor en el pecho. El tiempo como arma de doble filo por el recuerdo, la forma de sobrevivir a él, la manera en la que nos tratamos a nosotros mismos y cómo repercute esto en nuestro día a día. Los fantasmas y los leones son la clave de todo esto, pues los fantasmas hacen referencia a aquellos pensamientos que nos atormentan y los leones a los miedos que nunca se llegan a materializar.