UNA MUJER DE MUNDO

Incluido en su colección Vanitas, esta novela corta de Vernon Lee está entre lo mejor de sus páginas de ficción no dedicadas a la fantasía y los fantasmas, donde es una autora muy reconocida. La trama, donde todo rezuma ese mundo estético y artístico en el que vivió la propia Lee, describe el periplo de una joven que deslumbra a un extraño personaje, un viejo especialista en cerámicas –cuya voz es claramente identificable con la de la propia autora–, que la anima a llevar una vida sin ataduras ni corsés sociales.En cuanto a nosotros, gente privilegiada, con una vida holgada y cultura para ser capaces de disfrute artístico, nos resulta todavía más natural considerar el arte una especie de juego: un juego en el que nos recreamos tras la fatiga de algún otro — Vernon Lee, Art of usefulnessAl leer los estudios de piscología femenina de Lee se sentía no sé qué deleite. Era como hojear un figurín de modas intelectuales de fines de siglo… Bourget, Henry James, William Morris, Alma Tadema, Browning, Tolstói… y a lo largo de todo el volumen resonaba una nota de reprobación y de lamento por unas existencias frívolas que malgastaban nobles cualidades dignas de ser empeladas en aliviar a los pobres: las miserias reales de la civilización industrial contrastaban con la vanidad de la vida de aquellos que hacían su agosto a costa del pueblo. Todo esto tenía una fecha: 1892. — Mario Praz