Uno de los protagonistas humanos de esta historia es un policía de una brigada destinada a la vigilancia del comportamiento de las máquinas cuánticas. Individuo solitario, ya maduro, descreído y cínico, marcado por tragedias que soporta, pesadamente, en su conciencia. Se enfrenta a un caso complicado en el que, contra todo pronóstico, encuentra ayuda en otro de los protagonistas de esta historia: un ordenador cuántico de última generación. Juntos experimentarán sensaciones totalmente nuevas y sorprendentes para ambos.
El mundo cambiará. Las máquinas serán casi omnipotentes y se convertirán en un reflejo de lo mejor y de lo peor de nosotros mismos. Es fundamental aprender cómo hemos de enseñarles nuestro sentido de la justicia, de la libertad, de la amistad y hasta del perdón.