Lo que me gustaría que la danza fuese

La experiencia del coreógrafo, la complicidad del maestro, la cercanía de quien traduce en palabras lo que lleva años ejercitando en su vida y en sus creaciones. Cesc Gelabert nos acerca aquí a la verdadera esencia de un movimiento habitado por el corazón y la mente. Sus espectáculos han sido muestrarios vivos de esta misma caja de herramientas, así que el libro ayuda a entender cómo y por qué movernos, pero también cómo y por (para) qué se ha movido el artista, desde la «diversidad informada» que siempre ha defendido: conocerlo todo de todas partes, pero contribuyendo a la diversidad general desde la singularidad local. He aquí las notas a pie de página de una obra en marcha, el libro testimonial de quien siempre ha ambicionado ser «el chamán que sueña los sueños de la tribu».