Amores cinéfagos

En el principio fueron Ava Gardner y Frank Sinatra. Con ellos inicié en Jot Down una sección que pretendía dar cuenta de distintas tipologías del amor a través de parejas formadas en el seno de la industria del cine. De esta manera, Amores cinéfagos quería ofrecer un amplio fresco de la realidad de las relaciones sentimentales sometidas al filtro de la mitología cinematográfica. La sección, con intermitencias, llegó a comprender diecisiete historias que, con este libro, se han ampliado a un total de veinticuatro. Las originales publicadas en la revista se han visto sometidas a un proceso de limado y mínimo retoque para la ocasión y las siete inéditas han sido concebidas pensando además en el equilibrio global del volumen.

Las parejas escogidas son de diverso pelaje y condición, y no faltan las raras y extravagantes. Hay, pues, amores de pasión desbordante, con cópulas frenéticas y maravillosas; relaciones de un dramatismo enfático e incluso turbio; romanticismo domesticado por la razonable cotidianidad; verdadero amor correspondido, confusión sentimental y demás complicaciones de la vida. De todas ellas, considero que las mejores son aquellas que consiguieron trasmutar en una sólida, apacible y larga amistad.