Sin proponérmelo, he seguido los hilos de Penélope.El nacimiento de Rocío, la más pequeña, abrió el ovillo. Pensabaescribir un poema a cada nieto. No pude; me compliqué. Enaquellos once cordones, apareciendo muchas hebras condiferentes texturas, nudos y colores. Sin prisa, guardé los cabosy tejí de día destejiendo de noche.Ansias por aprender me llevaron a conocer a un gran poetacuyo prologo ilumina el libro. Manuel Guerrero. Gracias, fuisteel primero en leer mis versos y abriste mi mente a los clásicos ya nuevos poetas: M.ª Victoria Atencia, Raquel Lanceros, incluso«Nuevas caras de Miguel Hernández».Pasó un tiempo y, mientras los hilos invernaban, conocí a YaizaMartínez, creativa poeta. De nuevo, comencé a sentir y a darcolor a los sentimientos. Con ella, disfruté de César Vallejo,Julia Uceda, Juana Castro y extraordinarias mujeres poetisasque enredaron con sus hilos los dormidos versos.No me atrevo a decir que soy poeta, prefiero presentar estelibro como mi cuaderno

Entre soles y rissagas
ISBN: 9788412417555
$28.800
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