Jaume I en la València baixmedieval

El recuerdo de Jaime I se puede conocer a través de los testimonios escritos en la Baja Edad Media -documentos de su reinado, poesías de los trovadores contemporáneos, crónicas coetáneas o póstumas…-, pero también, y sobre todo, de los visuales: las sutiles y deslumbrantes miniaturas de los manuscritos, las corpóreas pinturas sobre tablas o las recreaciones de la figura del rey en desfiles festivos son algunas de las manifestaciones de la época que nos permiten conectar directamente con la idea que la sociedad de aquel momento tenía del rey Jaime. Como vehículos de memoria, agitadoras de emociones e instructoras sobre la historia, las imágenes tienen la capacidad de mostrar las diferentes concepciones sobre el monarca en el periodo inmediatamente posterior a su muerte. La galería es rica y el número de obras destacado: ningún rey había recibido tanta consideración -al menos en el campo de las artes visuales-, ningún otro podía estar representado en medio de una obra tan impactante como el Retaule de sant Jordi del Centenar de la Ploma ni podía ser rememorado de manera tan reiterada como en las fiestas de San Dionisio y de San Jorge. Un fragmento importante de la memoria de los valencianos, tanto de los poderosos como de los vasallos, estaba reservado para el monarca. Y hoy en día continuamos teniéndolo presente. Esta monografía abre un túnel hacia el recuerdo de Jaime I en la Valencia bajomedieval, hacia la ciudad y el momento en que empezaron a mezclarse el personaje histórico y el mito.